Una pequeña reseña cultural...

Para empezar a conocer un poco más sobre las implicaciones de los distintos proyectos de ley sobre las comunidades índigenas en nuestro país, vamos a tratar de contextualizar un poco la cultura de las comunidades más involucradas.

Con la idea de facilitar el consumo de la información, nos enfocaremos en las comunidades con población asentada en Buenos Aires. Esto por dos razones: 1) su relación con el proyecto Diquis (del que comentaremos más adelante), y 2) por la cercanía directa que se tiene con dichas poblaciones en la región de Salitre, principalmente.

Partiremos entonces, haciendo un pequeño resumen sobre las principales características de cuatro etnias indígenas costarricenses: los Bribri, los Cabécar, los Teribe y los Brunca.

Bribri

De la comunidad Bribri se mantiene la percepción errada de que son la población indígena más densa del país. Tal vez debido a la prevalencia de su cultura en comparación con otras etnias. La comunidad Bribri se asentua sobretodo en la región de Talamanca, pero también permanecen pueblos en Salitre, Cabagra y Kekoldi.

La cosmovisón Bribri parte de la tierra. Sibö, el creador y ser superior forma a las personas a partir de las semillas que tira en ella. Es por esto, que el vínculo entre el Bribri y la tierra es tan fuerte, hasta el punto de considerarla su familia. El universo Bribri consiste en una gran casa cónica que se une a una homóloga pero invertida bajo la misma, es decir dos casas cónicas unidas por la base. Esta encierra a todos los seres y espíritus, ubicando nuestro mundo en la parte superior y un submundo en la inferior dónde el espíritu se dirige después de la muerte.

Se conforma a partir de clanes que reciben nombres de animales y plantas y mantienen una jerarquía.
El Awá es el guía en cuanto a las creencias, tradiciones y el conocimiento de la medicina natural. Lástimosamente la persona del Awá se desvanece por múltiples factores. En primer lugar, la formación se extiende en un período de 10 años, dificultando cada vez más el acceso. En segundo, la pobreza aumenta recortando las posibilidades y obligando el trabajo temprano, y tercero, la influencia de las creencias occidentales desplaza la creencia popular y tradicional.

El Bribri realiza diferentes rituales o prácticas según las distintas etapas de la vida. Existen así, rituales en el nacimiento, la pubertad, y distintas prácticas funerarias.


La etnia Cabécar se encuentra en lugares como Chirripó, Bajo Chirripó, Tainí, Talamanca, Telire, Ujarrás, China Kicha y Nairi Awari. 

Mantiene muchas similitudes con los Bribri. Existen muchos vínculos lengüísticos entre los dialectos de ambas tribus. La creencia Cabécar se basa en la figura de los Jawápa, o sabios; estos se encargan de la trasmisión oral de conocimiento por medio del Siwá o conjunto de filosofías y creencias. Para los Cabécar todo debe ser explicado, por esto el desarrollo de una gran cantidad de cantos sacros, danzas, las maneras de utilizar los recursos naturales, conocimiento sobre las fases lunares, etc.

Encontramos también en la cultura Cabécar a Sibö como el ser creador y supremo (al igual que en la etnia Bribri), que representa el principio del bien y es señor del estado futuro. Para los Cabécar la tierra está gobernada por espíritus a los cuales se les respeta. Los mismos se clasifican por diferentes funciones; así, existen los buenos espíritus, los malos y productores de enfermedades. Las almas después de la muerte se dirigen hacia Sibö en el mundo subterraneo; este se divide en cuatro partes que abordan a las enfermedades, las personas, los protectores de animales y los espíritus.

En cuanto a sus rituales se destacan las obras fúnebres, donde se asignan a cuatro personas: el Jo, el Bikaklawa y dos mujeres que asisten a cada uno, la Jo tami y la Namaitami. La ceremonia consiste en la purificación, por esto sólo las personas asignadas pueden tener contacto directo con el difunto.


Los Brunca, Boruca o Burunca pueblan las zonas de Boruca y Curré. Caracterizados por su frecuente relación con otras costumbres, los Boruca han perdido gran parte de su tradición y su lenguaje, resumiéndose este, prácticamente, al habla de las personas mayores de los pueblos. En la cultura Boruca sobresalen gran cantidad de leyendas entre las cuales destacan el mito de la gran serpiente y la leyenda Manrán. 

Al igual que en otras etnias, su tradición encierra una serie de rituales  fúnebres y de purificación. Existe una gran relación entre el Boruca y el agua, por esto es un ingrediente fundamental en los distintos ritos y se relaciona tan a fondo con las diversas narrativas.

Se destacan también las canciones de oficio, dónde durante la realización de este se canta para animar e insentivar el esfuerzo. Además es famosa la llamada danza o fiesta de los diablitos, que se realiza en vísperas del año nuevo y que consiste en el uso de máscaras, pitos de bambú y un cuerno de ganado.


Los Teribes o Térrabas se concentran en la región de Térraba. Originarios de Bocas del Toro en Panamá, se vieron obligados a emigrar a su actual asentamiento. 

Las tradiciones en general se forman a partir de la migración del grupo Teribe a la región de Térraba, así gran cantidad de costumbres son una mezcla de los indígenas naturales de la zona y la etnia Teribe.

Entre sus creencias cosmológicas se ubican deidades relacionadas con el agua (de la misma forma que los Brunca). El Brunca Consigna que el hombre posee dos almas. Una buena que va hacia arriba luego de la muerte y otra mala que se dirige hacia abajo. Poseen una gran cantidad de refranes y canciones que se siguen utilizando. El lenguje Teribe se encuentra en desuso. 

Lástimosamente de la misma forma que en la cultura Buruca la tradición se ha visto desplazada por las ideas y costumbres propiamente españolas.

 Nota: las costumbres y tradiciones llegan a variar según las zonas de asentamiento.

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